En un contexto adverso para la práctica periodística, y sobre todo en una coyuntura en la que los nuevos soportes dificultan la posibilidad de mantener funcionando medios tradicionales. Hoy, 14 de junio el Semanario El Tiempo cumple 96 años en Pergamino. Primer aniversario con una nueva gestión que busca con ahínco comunicar con profundidad de los problemas de los vecinos respetando la tradición de uno de los medios más antiguos de la ciudad.
Para cumpleaños número 90 del semanario el periodista Rafael Restaino redactó el comienzo de esta historia “un fuerte conflicto laboral e ideológico entre los periodistas José Vela y Marino Corallini con los directivos del diario La Opinión a lo largo de 1926, los decidió dejar ese medio periodístico y llevar adelante el proyecto de crear un diario propio. En los primeros días de febrero de 1927 los nombrados periodistas realizaron la primera reunión con los posibles asociados y el 21 de marzo de ese año se dejó constituida el acta fundacional con el nombre de “Sociedad Anónima Editorial El Tiempo”. A partir de esa fecha se realizaron las gestiones para adecuar una vieja casona ubicada en Mitre y 25 de Mayo y comprar las máquinas necesarias. De esta manera el 14 de junio de 1927 se largó a la circulación el primer número que consistió en un pliego (cuatro páginas) y que fuera acogido de inmediato por la población con benévola simpatía”.
El acta de fundación de esta empresa periodística rotulada “Sociedad Anónima Editorial El Tiempo” fue firmada en el espacio físico de la Logia Masónica Fraternidad N° 53, que estaba ubicada en la calle Merced, frente al edificio Annan. Entre sus principales artículos, establecía:
“En la ciudad de Pergamino, el día 31 de marzo de 1927, siendo las 22 horas, reunidos en la calle Merced Nº 863, los señores que suscriben la presente minuta de reunión con objeto de constituir una sociedad anónima que se dedicará a los negocios que se expresan más adelante, después de un cambio de ideas resolvieron:
1º.- Constituir una sociedad anónima bajo la denominación editorial “El Tiempo” que tendrá por objeto editar un diario y explotar todos los anexos de la industria y el comercio gráfico.
2º.- Fijar el capital social en 100.000 pesos moneda nacional de curso legal representado por mil acciones de valor nominal de 100 pesos cada una, divididas en series de 10.000 pesos cada serie.
3º.- Aprobar los estatutos que se leen en este acto.
4º.- Aprobar la suscripción de capitales hecha hasta este momento.
Designar el primer directorio”.
El primer directorio de El Tiempo quedó constituido de esta manera: Simón Pochat, José L. Vela, León Trilla, Antonio Server y Mas, Martín Salías, Ginés Castellón y José Llorden (Directores). Directores suplentes: Enrique Noya y Jerónimo Rueda. Síndico: Lorenzo Cuidet.El primer presidente de este directorio fue Simón Pochat y lo continuará en ese cargo el Dr. León Trilla. La dirección de los talleres y administración estaba ubicada en Mitre 488. Las razones de la creación son primero el conflicto que tuvo Enrique Venini con dos de sus principales colaboradores José Vela y Marino Corallini a lo largo de 1926 se puede considerar como la primera gran causa que tuvo esta empresa de la comunicación para originarse. La segunda, indudablemente, fue el apoyo de un grupo de socialistas que congeniaban con José Vela, principalmente. Entre otros estaban José Navarro, Rodolfo Di Núbila, Juan Ferrari, Antonio Noguera, Francisco Esperanza, José Di Lelle, Ismael Pastor, Alberto Almirón, Ernesto Zabala, Ernesto Conti, José Luis Zabala. Asimismo, como ya lo hemos observado, tuvo un papel de importancia la masonería constituida en la Logia Fraternidad N° 53 en esta creación, ya que los principales aportes económicos como el espacio para las primeras reuniones lo generaron hombres de esta Logia como el caso de Simón Pochat y Benigno Palacios. Hubo desde un primer momento generosidad para llevar adelante el ideal de periodismo que se habían propuesto.El mismo se encuentra en estas palabras de Marino Corallini: “Registrar de manera objetiva el quehacer de la ciudad y ayudar o mejor dicho impulsar todo aquello que propende al progreso”. José Vela también supo expresar que la auténtica intención que se tenía con este medio era: “Hacer de la democracia su escuela y realizar una tarea netamente ideológica, humana teniendo como objetivo la verdad, la justicia y la belleza”
Fuente: El tiempo