Haydeé es una de las tantas vecinas que fue asaltada. Le desvalijaron el negocio y sigue atendiendo como puede.
Con las obras de reconstrucción del nuevo puente Colón-Illia, la zona que cruzaba el Arroyo Pergamino está casi desierta. En los últimos diez días, desde el arroyo hasta Liniers, cerca de diez negocios fueron asaltados. El lugar se transformó en una zona liberada.
Haydeé es dueña de un comercio, un kiosco y Rapipago. Hace unos días, ladrones ingresaron a la madrugada y le robaron todo: mercadería, máquinas, computadoras, etc.
“Entraron como quisieron. Yo no me enteré. Siempre cierro la puerta con llave que da del negocio al depósito. Cuando llego a la mañana, me quería morir. Faltaba la balanza, la cortadora de fiambre, las heladeras abiertas, faltaban los cigarrillos, la fotocopiadora, las computadoras, el equipo de Rapipago y mercadería”, contó la vecina a Radio Criterio (FM 88.1).
Haydeé es una de las tantas víctimas de la inseguridad en Pergamino. Siente la impotencia y la desazón de perder todo en cuestión de minutos: “Todo lo que logré en veinte años me lo sacaron en un ratito”.
“Es todo muy triste. Nadie se acercó ni nadie se arrimó a preguntar si necesitaba algo”, señaló ante la pregunta de si algún funcionario llegó al lugar.
Ahora, un negocio vecino le corta el fiambre y corta como puede. Continúa abierto solo con algunas de las cosas que le quedaron.