El caso data del año 2018, cuando la denunciante M hizo público, a través de sus redes sociales, que había sido victima de un abuso sexual por parte de un grupo de hombres.
La adolescente tenía en ese entonces 16 años, e hizo la denuncia. El hecho sucedió en en el contexto de una fiesta, cuando la víctima fue invitada a una celebración de adolescentes en una casa particular del barrio José Hernández. Allí fue abusada sexualmente por cinco individuos: dos menores de 17 años y tres mayores (dos de 18 años y el restante de 19).
El caso tuvo mucha resonancia mediática tanto en el ámbito local como así también en el regional, ya que la menor decidió, además, denunciarlo abiertamente a través de sus redes sociales, donde rápidamente se viralizó y tuvo todo el apoyo de los distintos colectivos feministas.
La causa comenzó en febrero del año 2019 y fue investigada por la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio de Responsabilidad Penal Juvenil N.º 2 a cargo de Pablo Daniel Aguilar, que dispuso la privación de la libertad de todos los acusados con arresto domiciliario con pulsera electrónica. Luego, no pudo procederse por las limitaciones en el alcance del accionar del poder judicial por los dos años de confinamiento y trabajo virtual remoto por la pandemia, y finalmente el pasado lunes 7 de noviembre el caso fue retomado en la presencialidad total.
El caso fue caratulado como “abuso sexual con acceso carnal, doblemente agravado por el número de participantes” (artículo 119, párrafo cuarto, inciso D del Cogido Penal), y en esta oportunidad está a cargo del Tribunal en lo Criminal N.º 1 . Al ser todos los involucrados ya mayores de edad, podrían recibir de ocho a veinte años de condena.
La joven y su familia esperan que el dictamen del veredicto sea la pena máxima para sentir una mayor sensación de resarcimiento y tranquilidad y evitar así futuros abusos similares por parte de estos hombres hacia otras potenciales mujeres que puedan llegar a ser víctimas de estos aberrantes abusos.