En un país con recursos abundantes como el nuestro, la pobreza es sinónimo de fracaso en la instrumentación y en la gestión de políticas orientadas a erradicarla.
Hace cuatro décadas que Argentina tiene indicadores de pobreza que son de espanto, lapidarios.
Con 40% de pobres en nuestro país, se hace inviable un futuro próspero.
¿Cuál sería la razón para que los políticos que generaron estos niveles de pobreza puedan llegar a revertirla? Ninguna razón.
¿Cuál sería la razón por la cual haciendo siempre las mismas prácticas comencemos a bajar rápidamente la pobreza? Ninguna razón.
¿Cuál sería la razón de ver un futuro viable en un país donde el 54,2% de los niños son pobres y con un piso del 40% de pobreza estructural? Ninguna razón.
La dirigencia argentina, a lo largo de los últimos 40 años, ha convertido a la Argentina en una eficiente fábrica de pobres y hace todo lo posible para que estos no puedan salir de ella y que, además, se sigan empobreciendo sin pausa.
¿Qué hacer para poder revertir este círculo vicioso de decadencia social, política y económica que sufre la Argentina desde hace cuarenta años?
Estamos entrando en la terminación del cuarto ciclo histórico de la Argentina, habiendo este comenzado en 1983. Solo nos falta determinar la fecha de cierre del mismo, pero presumo que está próxima en el tiempo.
Hoy el sistema cruje. Como un casco de barco impactado por varios misiles.
Argentina está en una situación límite porque su sistema está agotado. Lo debemos REFORMATEAR urgentemente.
El problema argentino es económico, pero por sobre todas las cosas, el problema es el quiebre cultural que ha sufrido nuestro país.
Continuar con las mismas prácticas que nos llevaron a esta decadencia, será tener una conducta suicida.
Estamos en el punto donde, aplicando una analogía médica, le estamos incrementando la dosis de medicación equivocada a un paciente en estado terminal.
Hoy se percibe que la única preocupación de nuestros dirigentes, es el lugar donde caerán en las listas de las próximas elecciones y las cajas de donde financiarán sus campañas electorales y sus futuros despilfarros.
La salida está en que la clase política tome como bandera extrapartidaria y con mirada estratégica de largo plazo temas básicos tales como:
– bajar la inflación
– la eliminación de los déficits macroeconómicos (eliminación de impuestos, disminuir el gasto público)
– la creación del empleo privado
– el crecimiento del país
De esa forma, intentar diez años de crecimiento ininterrumpido al 3% anual para llegar a porcentajes de pobreza manejables con políticas sociales orientadas a sectores específicos y vulnerables.
Pero ocurre que, para que suceda lo descripto, necesitamos estadistas que piensen en las próximas generaciones y no la clase política actual de bajísima calidad que lo único que le preocupa es el lugar en las listas de las próximas elecciones.
Pedro Rossi es licenciado en Investigación Operativa, comunicador y profesor. Conduce SinRodeos (Radio Criterio FM 88.1). Es director de Puntos de Vista y de Radio Criterio FM 88.1. Ha publicado dos libros de ensayo: “Argentina, un espacio para rehacer” y “Nuestro presente: consecuencia de nuestro pasado y causa de nuestro futuro”. Es profesor de la UNNOBA y del ISFDyT Nº 5 de Pergamino. También, se ha desempeñado como docente en la sede UCA y en múltiples escuelas de nivel secundario.