La inseguridad es un fenómeno que nos afecta a todos los vecinos de manera aleatoria.

Nos puede tocar a cualquiera, independientemente que residas en el centro, en barrios cerrados o en barrios carenciados.
Ya no depende de la hora del día, ya que los robos se dan de día, de tarde o de noche.
Puede ser en cualquier formato delictivo, tal como el arrebato de motochorro o una violenta entradera.
El caso que nos ocupa es el del Barrio Champagnat, zona norte de la ciudad, donde los hechos de inseguridad se repiten casi con una frecuencia diaria y en los mismos lugares.
El último caso fue en un domicilio donde un niño fue encerrado por el delincuente, mientras buscaba qué robar en la vivienda.
Puertas violentadas y rotas por golpes de los delincuentes en su intento de ingresar a las viviendas además de corridas, en medio de la noche, por los techos de las viviendas del barrio.
Vamos normalizando lo que NO debemos normalizar. Vamos perdiendo calidad de vida sin pausa.
En esa normalización vamos corriendo el límite tolerable de violencia que acompaña a estos hechos, que por sí mismos, son violentos.
El Barrio Champagnat es un típico barrio de “clase media”, que sufre “la doble imposición”, como todos los barrios, por la ineficacia crónica del Estado (nación, provincia y municipio) al prestar sus servicios. Los vecinos pagan, además de sus impuestos y tasas, medicina privada, educación privada y también tienen que agregar “seguridad privada” ya sea a través de alarmas y cámaras de videos monitoreadas.
Además de la alarma vecinal recomendada por los municipales en eventos similares anteriores. El municipio ya colocó domos pero sin la mínima eficacia para poder prevenir o resolver la situación que ocurra.
El Estado Nacional y Provincial deberían preocuparse y ocuparse de las cuestiones estructurales que hacen a la inseguridad.
El Municipio, para el corto plazo, debería hacer algunas tareas urgentes, básicas y necesarias:
– Colocar luces led blancas en todo el barrio, para al menos, mejorar la visibilidad durante las horas nocturnas.
– Aumentar la frecuencia de patrullaje por la zona
– Mejorar la calidad de las cámaras existentes en el barrio y la observación en tiempo y forma de las mismas de modo tal de poder prevenir algún hecho delictivo
Para el mediano plazo, comprometerse efectivamente que la mayoría de los policías que egresarán de la Escuela de Policía queden en el Partido de Pergamino
Para el largo plazo debería trabajar para disminuir la brecha en cuanto a cantidad de efectivos policiales tiene Pergamino respecto de dos ciudades vecinas y similares tal como lo son Junín y San Nicolás.
Las autoridades municipales quizás no lo hagan por propia eficiencia de su gestión, sino que, en caso de hacerlo, lo hagan porque estamos a un mes de las PASO. Pero como están dadas las cosas, a los vecinos no les interesa los motivos mientras solucionen sus preocupaciones actuales.
Pedro Rossi
Director de Radio Criterio y Puntos de Vista