El F5 de la política no se detiene.
Pasan los minutos y los candidatos cambian.
Pero algunas cosas han quedado al descubierto en este caótico cierre de listas.
- Cristina Fernández perdió todo el poder, independientemente que todavía conserve la capacidad para humillar al extremo a cualquiera, como hizo ella con De Pedro, a quien le dio vía libre para jugar a ser candidato a presidente por unas horas.
- La Cámpora perdió todo su poder al punto de no poder poner candidatos en la fórmula, replegándose en la Provincia de Buenos Aires.
- Alberto Fernández sacó a relucir su mejor juego y el que más le gusta, que es el de ser un excelente operador político, quedando demostrado en colocar a Agustín Rossi en la nueva fórmula presidencial como precandidato a vicepresidente. De esta forma, hizo todo lo posible para cumplir con su promesa de acabar con los 20 años del kirchnerismo.
- Argentina, es el único país del mundo contemporáneo, que tolera a un candidato a Presidente, que siendo ministro de economía devaluó como pocos y tiene una inflación superior al 140%.
En lo local, codazos, zancadillas y empujones en función de los acomodamientos del nivel nacional, todo por rosca y nada por mérito de gestión pública o privada.
La etapa del cierre de listas pasó, pero los problemas ciudadanos y vecinales siguen estando tal cual estaban y agravándose. La dirigencia seguirá mirando solo en su ombligo porque ahora entramos en una etapa interminable de campaña electoral que concluirá en octubre o de acuerdo a los resultados en noviembre.
Máxima para grabar a fuego:
Existen dos clases de dirigentes.
Los mediocres y cortoplacistas son los que piensan en las próximas elecciones y los estadistas que piensan en las próximas generaciones.
Creería que no es necesario aclarar cuáles son los que abundan por estas latitudes.
Pedro Rossi – Director de Criterio y Puntos de Vista